Valldemossa, el pueblo privilegiado de Mallorca en todos los sentidos
El pueblo de Valldemossa se encuentra a unos 20 minutos en coche del aeropuerto de Palma de Mallorca. Está situado en la Sierra de Tramontana, literalmente en medio de las montañas. Destaca por sus calles empedradas reservadas para peatones y su rico patrimonio cultural. En definitiva, Valldemossa es una parada obligatoria en Mallorca.
Valldemossa tiene mucho que ofrecer en cualquier época del año, desde los restaurantes de calidad con una atmósfera romántica hasta sus enigmáticas callejuelas empedradas llenas de macetas y flores cuidadas hasta el máximo detalle.
Cuando estamos paseando por el pueblo, debemos aprovechar y pasar por el mirador La Miranda y visualizar una de las más bellas estampas del Valle. Las vistas son espectaculares, se puede observar la ciudad de Palma de Mallorca y las montañas que rodean el pequeño pueblo.
El Jardín del Rey Juan Carlos I es otro lugar encantador de Valldemossa. Está ubicado justo al lado del ayuntamiento. Es un sitio tranquilo con árboles centenarios y plantas bien cuidadas. Podemos sentarnos en los bancos o en algún bar para descansar y apreciar la bella composición del jardín.
No podemos abandonar el pueblo sin haber visitado la Real Cartuja de Valldemossa. Es un antiguo monasterio del siglo XIV, conocido por haber sido la residencia del músico Chopin y de la escritora George Sand.
La Cartuja cuenta con unos preciosos jardines traseros que en muchas ocasiones suele ser lugar donde se concentran numerosos pintores para exponer sus trabajos. Que no te extrañe, el lugar enamora. Por ahí pasaron personajes importantes de la talla de Rubén Darío, Jovellanos, Jorge Luis Borges o Santiago Rusiñol.
También podemos visitar la casa natal de Santa Catalina Tomás. Fue una figura importante del siglo XVI, conocida por “La Beateta” en toda Mallorca. Muchos rincones del pueblo remiten a ella: el Molinet, la fuente Beata y su casa natal.
Visitar Mallorca es un privilegio, pero visitar Valldemossa lo es aún más. Los visitantes tienen un profundo respeto por el pueblo. Muchos artistas escogen este pequeño pueblo para establecerse para conseguir paz, tranquilidad y belleza. Además está a menos de 30 km del aeropuerto de Palma y esto te permite ir a diario al centro de la ciudad.
En definitiva, visitar el pueblo de Valldemossa es algo imprescindible, ideal para recorrerlo con calma, tomar un café con coca de patata (¡la tradicional coca de patata!), o perderse entre las estrechas calles empinadas y fotografiar cada rincón, desde los olivos de la plaza hasta los pinos de la Sierra de Tramuntana.
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